
Dentro del proceso educativo la comunicación que se ejerce no solo es verbal, se manejan diferentes formas. Cuando un docente ejerce el trabajo áulico con un estado de ánimo inconveniente se obtiene un resultado no satisfactorio, cuando la presencia del docente no es propia ( mal vestido, informal, habla en términos vulgares, etc.) la reacción del alumno no es congruente al ambiente de formación, si los recursos didácticos utilizados siempre son de papel y lápiz, hoja bond, pizarrón, cuaderno de apuntes, el producto de una clase es obsoleto, si el carácter del docente ante los estudiantes y la característica propia de la materia no es paralela será incongruente aspirar un resultado favorable.
El ambiente que se propicie en una clase dependerá de la organización del trabajo áulico que parte de una planeación y se deberá conocer a los estudiantes para saber utilizar una estrategia acorde donde se de la comunicación y se propicie la mezcla de ideas o pensamientos que permita al mismo tiempo la construcción de nuevos saberes para utilizarlos en su vida futura, el interactuar ayuda a ser sociables y adquirir una cultura de solidaridad.
Es urgente un cambio de paradigma dentro del ejercicio de la docencia, la sociedad misma nos reclama en un solo grito, el actualizar nuestro ejercicio y visualizar un futuro nos llevará a manejar una didáctica moderna; la mediación implica compromiso, entrega, paciencia, armonía, saber y madurez, la entrega absoluta de un experto; no precisamente de un sabio.
El reto de ser diferentes cada día esta en nuestras manos, el manejo de la tecnología moderna nos da apertura para trabajar con mayor interés y despertar iniciativas en los estudiantes.
Profr. Bernardo Cabrera Salas