Bajo la reflexión de la propuesta de Concha Carbajo Martínez y el documento donde se plantean las competencias docentes mucho hay en común, desde los 80’s ya se manejaba de entrada en una clase la motivación, se pedía que se propiciara el ambiente de la clase y todas las actividades fueran con la finalidad de lograr los objetivos de cada materia a trabajar considerando como cierre la evaluación.
A partir del 2000 la educación emergentemente ha tenido que ajustar por necesidad la didáctica en el proceso enseñanza-aprendizaje, el problema al que se han enfrentado los maestro es a vicios que se formaron por falta de visión o por invasión de un proceso administrativo exagerado, el contexto estudiantil no presenta las mismas características de años atrás, las actividades del docente en el aula son las mismas en cada ciclo escolar, los exámenes también, al término de cada evaluación sólo hay un informe de resultados pero no un análisis para mejorar.
Desde el nivel básico hasta el superior impera la necesidad de crear nuevos ambientes de trabajo en el salón de clase y atender las exigencias de formación actuales de los alumnos; bajo el punto de vista de la calidad el término alumno debe ser cambiado por estudiante, el compromiso de ser diferentes no está solo en una persona, se requiere también dentro de la misma formación del estudiante y trabajar de manera colaborativa.
Tenemos bien claro el compromiso del docente en cada una de las competencias que debemos ejercer; muy de la mano con las que tenemos que lograr en los egresados, es claro el principal reto en el nivel educativo de EMS, si logramos que nuestro producto sean las evidencias de que somos competentes en poco tiempo el país será otro, no se requiere que nos obliguen a hacer las cosas, la practica con responsabilidad y atentos a un contexto social donde laboramos el servicio educativo que realicemos tendrá mucho éxito.
No hay una receta de cocina para seguir estrictamente una actividad didáctica, se tiene la libertad de adecuar todo lo que la pequeña comunidad estudiantil necesita para ayudar a cada elemento a formarse y ser competitivo, es bien claro que no podemos enseñar lo que no sabemos y tampoco podemos pedir en los demás lo que nosotros no somos, hay un dicho que dice: predicar con el ejemplo,
Bernardo Cabrera Salas
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Pienso que las necesidades de la educación han ido cambiando en lo circunstancial pero no en lo esencial. Los buenos maestros de la antigüedad supieron bien cómo educar, lo mismo lo han hecho incontables madres, padres, abuelas, abuelos, amigas y amigos.
ResponderEliminarEl sistema escolarizado ciertamente se fue haciendo rígido y repetitivo. Se impuso en algunos ambientes la máxima de "la letra con sangre entra" se dio más importancia a la disciplina que al aprendizaje, se centró la atención en el docente y no en el estudiante.
¡Qué bueno que todo eso vaya cambiando! Hacía mucha falta un nuevo enfoque en todos los niveles educativos para poder dar a más niñas, niños y jóvenes una educación humana y de calidad.
La sinceridad es cualidad esencial de quien quiere acercarse a los jóvenes. Son sumamente sensibles a descubrir la incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Hay quien piensa que alumno quiere decir el que no posee luz. No es así. Lo que si es cierto es que la palabra implica alguien que está siendo nutrido, que está creciendo gracias al alimento que se le da. Esa idea ya no está muy de acuerdo con los signos de los tiempos. Por una parte todas y todos estamos creciendo, pero el alimento lo tenemos que encontrar nosotros mismos, hay quien puede orientarnos, aconsejarnos, acompañarnos, comprendernos, pero al final del caso el aprendizaje es cosa del aprendiz.
Entonces ¿para qué hay docentes? Para organizar un ambiente social propicio al aprendizaje y al desarrollo humano. Para informar constantemente al estudiante acerca de la calidad de su desempeño, desde la posición privilegiada que le da su mayor experiencia y su responsabilidad en el proceso.